El proceso de institucionalización de las ciencias sociales venía dándose con un empuje vigoroso en países como Brasil, Argentina y México, pero un conjunto de circunstancias hicieron de Chile un centro de regionalización e internacionalización de saberes sociales, que funcionaría como uno de los ejes de un naciente circuito académico regional. Chile ofrecería la “infraestructura académica” necesaria para el nacimiento de escuelas y corrientes teóricas como el Estructuralismo Cepalino y la teoría de la dependencia. El trabajo se propone analizar el proceso de expansión y profesionalización del campo académico-universitario chileno y los elementos que se conjugaron para convertir a este país en un espacio de recepción, por excelencia, de los centros regionales y en un referente latinoamericano del circuito regional de las ciencias sociales entre 1953 y 1973.