Jean-Arnault Dérens
En varios países de Europa central y oriental, la crisis demográfica y la podredumbre de las cuestiones sociales alimentan el caldo de cultivo de los negacionistas. De forma cada vez más abierta, los nacionalismos construidos sobre la base de una reescritura de la historia hacen las veces de programas políticos. De Stepan Bandera en Ucrania a los ustachas en Croacia, los criminales se vuelven a convertir en héroes.