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En el presente trabajo reflexionaremos sobre la intervención del trabajo social en problemáticas sociales complejas, donde existe un entrecruzamiento entre el sistema penal y las problemáticas de salud mental graves, generando tensiones entre ambos paradigmas.
Para ello describiremos el marco institucional en el que se desarrolla la práctica profesional en el programa PRISMA, creado en 2011 como continuación del “Proyecto de Reforma de la Unidad 20” iniciada en 2009. Su objetivo es adecuar el funcionamiento de las unidades de detención y tratamiento de salud mental de las personas bajo la órbita del Servicio Penitenciario Federal, a los lineamientos de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657. Este espacio tiene como particularidad que las tareas de seguridad están separadas de aquellas relacionadas con el abordaje de las problemáticas de salud mental, generando un dispositivo donde los profesionales de salud son personal civil contratado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Así, el Trabajo Social interviene en problemáticas sociales complejas1, las cuales exceden las respuestas típicas de las instituciones ya que implican recorridos institucionales diversos según cada caso, son producto de diferentes procesos de estigmatizaciones y dan cuenta de nuevas formas del padecimiento.
