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En un intento de aunar la dualidad de las dos sensibilidades, la judicial y la social, de Resolución de conflictos; atendiendo a los riesgos de institucionalización, mercantilización, excesiva profesionalización y regularización de la mediación como herramienta, proponemos un enfoque adaptativo en la gestión de los conflictos. Abogamos por transformar los ADR (Alternative Dispute Resolution) en procesos adaptativos de resolución de disputas; en virtud de ponderar los valores que subyacen a todo proceso de mediación: la autonomía de las partes, equidad substantiva y equidad procedimental. Aplicamos el intuicionismo ético al proceso de mediación. Una mediación ética debe buscar el equilibrio respecto a la autodeterminación de las partes, contemplando a la vez la justicia del proceso y del resultado substantivo según cada caso y circunstancias concretas.
