Se analizan las vivencias de los constructores de la nueva capital de Brasil. Y se las valora como la afirmación del espíritu nacional. Y también como aventura entusiasta, insegura e imprevisible. Los constructores interactuaron en situaciones límite. Vivieron una combinación pasajera de trabajo y felicidad, la construcción como utopía de una comunidad o hermandad de hombres libres, de democracia de frontera, de sociedad igualitaria