El principal deber del Abogado para con su cliente es desempeñar la misión que se le ha confiado con el máximo deber y diligencia, siendo el secreto profesional un instrumento al servicio de tal deber. Las relaciones entre cliente y Abogado son de las de más frecuente aparición en la problemática disciplinaria, desgranando el Autor en el presente trabajo temas como la relación de confianza, el error del Abogado como infracción deontológica, la renuncia, o las obligaciones de informar al cliente y la retención de documentos, entre otros.