Bernard Cassen
En vísperas del referéndum británico del 23 de junio, los adversarios del brexit afirmaban que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) significaría un salto hacia lo desconocido. Los partidarios de esta salida, a su vez, ni siquiera se habían preocupado por �el día siguiente�, como se constató en las tres semanas delirantes que llevaron a Theresa May al número 10 de Downing Street, en sustitución de David Cameron. Los dos personajes clave de la campaña por el brexit �Nigel Farage, por el partido eurófobo UKIP, y Boris Johnson, por los euroescépticos del Partido Conservador� rehusaron asumir su victoria: el primero retirándose ��misión cumplida�, dijo� de la vida política; el segundo, renunciando a luchar por el cargo de primer ministro. Muy astuta, Theresa May lo designó a la cabeza de la Foreign Office para obligarlo a implicarse personalmente en las futuras negociaciones entre Londres y los otros 27 miembros de la UE.