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Gonzalo Soto Posada
Muchas conceptualizaciones ha recibido el refrán desde la antigüedad hasta hoy. No las vamos a recordar. Se hallan en cualquier texto de paremiología. Para hacer esta conceptualización, dejemos que sean los refranes mismos quienes hablen de ellos mismos. He aquí una selección: «no hay refrán que no sea verdadero», «los refranes son evangelios abreviados», «los refranes son todos los libros de mundo, en quinta esencia, compúsolos el uso, y confirmólos la experiencia», «refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean locos, pocos», «quien habla por refranes es un pozo de verdades», «refrán de los abuelos es probado y verdadero», «el que se viere solo y desfavorecido, aconséjese con los refranes antiguos», «en tus apuros y afanes, pide consejo a los refranes», «todos los refranes habían de estar escritos con letra de oro», «más vale un refrancico que diez libros», «hombre refranero, medido y certero», «saber refranes, poco cuesta y mucho vale», «con un refrán puede gobernarse una ciudad». (…)
