Agathe Mélinand
La posteridad a menudo reduce a los artistas más inventivos a sus obras más aplaudidas. Éste es el destino del compositor Erik Satie un siglo y medio después de su nacimiento. Sus célebres y agradables Gymnopédies, que han acompañado a muchos títulos de créditos de películas, no reflejan correctamente la personalidad abrasiva de este comunista de la Belle Époque.