John R. MacArthur
La victoria trabajosa de Hillary Clinton en las primarias demócratas no habrá bastado para hacer olvidar su impopularidad. Los electores progresistas continúan reprochándole su proximidad con Wall Street, pero realmente sólo tienen la opción de votarla. A riesgo de aliarse con los círculos de negocios, que la prefieren al incontrolable Donald Trump.