Estamos haciendo cada vez más complicada y más gravosa la planificación, haciendo que su tramitación pueda adolecer de muchos errores (a veces la causa de su declaración de nulidad), alargando tanto los plazos en su procedimiento de aprobación siendo tan prolija la normativa a considerar y tan extensa la lista de informes sectoriales a solicitar, que llegan a adolecer a prever situaciones y escenarios ya vetustos a su entrada en vigor, habiendo comprimido el campo de posible actuación por el operador del mercado, alejándose, con ello, con las requeridas exigencias de simplificación y agilización, erigiéndose un deficiente campo para la inversión.