Nuestra reflexión va encaminada a mostrar otros modelos de negocio deportivos, revestidos jurídicamente con los contratos de “franquicia” y sus distintas modalidades, y con un éxito basado en el binomio deporte-rentabilidad que quizás deberíamos plantearnos en un futuro no muy lejano, no ya con dicho modelo en su vertiente más pura, pero si al menos con alguna fórmula jurídica híbrida entre la descrita y la actual, que permitiese obtener beneficios generando el mejor espectáculo deportivo, y sobre todo, ajustando el deporte a las nuevas tendencias y necesidades del mercado.