Rafa Piqueras Prieto
El 29 de noviembre de 2013 cesaron las emisiones de RTVV. Hoy estamos pensando en cómo volver a activar las emisiones de una nueva televisión valenciana. Pero en los escasos dos años que han pasado desde el cierre, la Televisión (con mayúsculas) no tiene nada que ver con lo que era entonces, y aún cambiará más en los meses que quedan hasta su inmediata puesta en marcha. No digamos si lo que queremos es crear una televisión de futuro.
El modelo de televisión tal y como lo conocemos, heredado del modelo que Radiotelevisión Española ofrecía en los años ochenta, está atravesando una profunda crisis. Todas las cadenas, tanto públicas como privadas, llevan años pensando en cuál puede ser la mejor estrategia para afrontar una transformación que tiene múltiples aristas, pero en cuyo centro habría que situar el cambio de los hábitos de consumo del espectador medio, es decir, de la ciudadanía. Todavía es una incógnita saber hacia dónde estamos yendo, es difícil saber a ciencia cierta cuáles son los pasos que deben darse. Pero una cosa sí es segura: la televisión va a dejar de ser lo que ahora conocemos, mucho más pronto de lo que pensamos, y el que se quede quieto, el que no logre reinventarse, morirá.