Margarita Prat
La cultura dentro de la que trabajamos los financieros estima que la riqueza es el valor máximo. Muchos creen que hay que estar siempre escalando una posición económica en la que se disponga de más y más dinero. Por tanto, hay que trabajar más (o más astutamente) para aumentar el capital, aunque se hunda nuestra vida familiar, cultural, recreativa y religiosa: aunque no vivimos con personas dignas de tal nombre. No queda ni tiempo ni interés para plantearnos estas cuestiones.