La opción escogida por el legislador europeo en la Directiva 2012/28/UE, de 25 de octubre de 2012 , sobre ciertos usos autorizados de las obras huérfanas, está muy lejos de abordar una solución segura y práctica para titulares y usuarios y, desde luego, en absoluto útil para el desarrollo de ningún nuevo negocio editorial.