Al terminar nuestra Guerra Civil (1936-1939), el éxodo y la consiguiente instalación de los exiliados en el extranjero trastornó la geografía humana y cultural de España. Según los historiadores, podrían ser entre 300.000 y 500.000 los emigrados (entre los cuales muchos médicos, abogados, ingenieros, catedráticos, rectores, escritores, pintores, compositores y periodistas). Un destierro masivo que desangró a nuestro país, enriqueciendo la vida cultural de América Latina.