Desde su ingreso en las Comunidades Europeas, hoy Unión Europea, y a lo largo de estos treinta años de membresía, España ha contribuido a las grandes reformas y a gestionarlas para estar en tiempo útil en las fechas «faro» que se iban marcando, ya fuera el mercado único en 1992 o la moneda en 1998, asimilando esa idea que tanto gusta a los europeos del tiempo concebido en progreso.