Pere Alberó
A lo largo de su carrera cinematográfica, el director griego Theo Angelopoulos (1935-2012) ha situado sus trabajos en el norte griego, buscando así la esencia balcánica en un espacio lleno de fronteras y límites del que Grecia forma parte tanto geográfica como culturalmente. La película La mirada de Ulises (1995) conjuga el universo íntimo y personal del cineasta con los aspectos históricos y generacionales que han sacudido los Balcanes desde comienzos del siglo xx, cuando la zona deja de ser una parte del Imperio otomano para convertirse en objeto de codicia y centro de conflictos que estalla una y otra vez en manos de las potencias europeas. A través del mito de Ulises y usando como punto de partida la figura de los hermanos Manakis, Angelopoulos narra de forma sublime el viaje del protagonista, llamado simplemente A., por los Balcanes, en una especie de descenso dantesco a los infiernos.