a tortilla forma parte de la identidad culinaria de los mexicanos que viven en México o en el extranjero; es un componente básico de los antojitos, acompaña a los platillos festivos y es un suministro consuetudinario en la comida. Desde la época colonial, españoles, indios y mexicanos produjeron en el norte del país una cultura culinaria, hoy conocida como tex-mex, que ha sido recreada por las olas constantes de migrantes, y aunque en México fue rechazada, en Estados Unidos y en el imaginario global es reconocida como mexicana, de la que la tortilla de maíz o de trigo es un elemento identificador. A medida que las innovaciones en la comida rápida aumentan, la tortilla se ha convertido en un objeto comestible para el consumo global, desarraigado del patrimonio culinario de origen; como sucede en Shanghai, China, el caso analizado aquí.