Por las condiciones geográficas y de vulnerabilidad, la población de Angangueo, Michoacán, sufrió pérdidas humanas y daños materiales durante las lluvias extraordinarias de febrero de 2010. Como medida reconstructiva, las autoridades gubernamentales reubicaron a la población damnificada. La investigación evidenció que la población reubicada ha enfrentado nuevos riesgos en tanto que fue trasladada a una zona con amenazas hidrogeológicas, y el proyecto de reubicación se diseñó e implementó de manera inadecuada por la nula participación social, lo que les produjo un significado de insatisfacción que ha retrasado el proceso de adaptación en el nuevo asentamiento y ha prolongado la recuperación del desastre.