El propósito del presente artículo, que se basa en un estudio de carácter descriptivo, es dimensionar el impacto que ha tenido el Acuerdo de Bolonia en el sistema de educación superior chileno. Con ese fin y por intermedio del uso de fuentes primarias y secundarias, se analizan distintos aspectos del devenir del sistema universitario, asociados con los objetivos trazados en el Acuerdo de Bolonia. La evidencia compilada permite concluir que el Acuerdo tuvo repercusiones positivas en ámbitos, tales como: la asimilación del sistema de créditos transferibles (SCT-Chile) en las universidades del CRUCH, principalmente; la movilidad académica y estudiantil en el pre y el postgrado que ha experimentado un incremento sustantivo aunque bajo en relación a la matrícula bruta del sector, por lo que todavía está lejos de registrar el nivel observable en países desarrollados; la cooperación interinstitucional y el trabajo en redes (entre instituciones de América Latina y entre universidades latinas y europeas), que han tenido un avance notable en la última década lo que en el mediano-largo plazo podría facilitar la creación de un espacio de educación superior latinoamericano. En cambio, tuvo repercusiones débiles o de poca significación en lo que respecta a: las titulaciones y los procesos de convalidación de estudios asociadas a ellas, dado que se sustentan en normativas de muy diversa índole y de distinta data; la estructura curricular y la formación organizada en torno a ciclos, dado que sigue coexistiendo en las universidades chilenas una mezcla entre el modelo napoleónico tradicional y el esquema de ciclos propuesto en Bolonia; la excesiva vinculación de los estudios de pregrado con los requerimientos del sector productivo lo que redunda en el deterioro de la función académica de la universidad; y los procesos de aseguramiento de la calidad que se han continuado desarrollando en Chile y en la región latinoamericana de manera más autónoma.