El estallido de la crisis de deuda soberana de la zona euro, que inicialmente afectó a Grecia, puso de manifiesto la falta de un entramado institucional que permitiera prestar asistencia financiera a aquellos Estados miembros que la requirieran. Tras la solución ad hoc de prestar asistencia financiera bilateral a Grecia a través de la Greek Loan Facility, las autoridades europeas crearon el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera y el Fondo Europeo de Estabilización Financiera. No obstante, el Consejo Europeo de diciembre de 2010 acordó la necesidad de que los Estados miembros de la zona euro se dotaran de un mecanismo permanente de estabilidad. Fruto de este compromiso, en octubre de 2012 se inauguró el Mecanismo Europeo de Estabilidad, organización intergubernamental cuyo funcionamiento se describe en este artículo.