Las llamadas redes sociales han invadido en nuestra vida y entrañan unos peligros jurídicos que no se pueden desconocer. Lo que se cuelga en un muro, lo que se comenta, lo que gusta, lo que no, todo es información sobre nosotros. Los nuevos problemas a los que el Derecho tiene que enfrentarse son grandes, pero se pueden reducir a uno solo: que este cauce de comunicación no sirva para el ataque de los derechos fundamentales mediante las lagunas o aplicaciones que permite el propio Sistema. Se analizan los diversos problemas que suponen estas nuevas tecnologías en un análisis que, por la rapidez de la era informática, nace ya antiguo con seguridad. También es clara una conclusión: la respuesta del Derecho no sólo puede ser sancionadora sino englobada en una nueva educación.