La nueva agenda de Naciones Unidas de Desarrollo Sostenible plantea sus objetivos con carácter de universalidad, para todos los países, adaptándose al contexto y al sistema referencial de medida de cada Estado, lo cual los hace más relevantes para los de renta media. Este es, por ejemplo, el caso de España, donde no se pueden considerar a los ODS solo desde el Ministerio de Exteriores, sino que las iniciativas de desarrollo sostenible recogidas constituyen una agenda nacional de gobierno que exige avances en la reducción de la pobreza y la desigualdad dentro de España. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible incorporan elementos claramente sistémicos como la lucha contra la desigualdad o la sostenibilidad. Avanzar en estas aspiraciones requiere de un modelo económico diferente.