Hacer sondeos electorales en España no es nada fácil. Pronosticar el reparto de votos entre los partidos es relativamente fácil, pues requiere muestras nacionales pequeñas. Los pronósticos sobre distribución de escaños son otra cosa. Exigen muestras representativas en todas las circunscripciones, lo que implica un número muy alto de entrevistas y, por tanto, un coste muy elevado.