Bárbara Celis
El enfrentamiento de la Administración Bush con la prensa se agudiza por días. Del lado gubernamental, se trata de reafirmar posiciones pero también de cerrar filas en un año electoral como este, y de ahí su hostilidad manifiesta hacia los periódicos más liberales. Por parte de la prensa supone el despertar de la vena crítica tras el paréntesis provocado por el pasmo patriótico que siguió a los atentados del 11-S.