Completada la reestructuración del sector bancario, el nuevo marco normativo financiero está siendo objeto de importantes reformas con una doble finalidad: por un lado, introducir un marco sólido en materia preconcursal y concursal que dinamice la resolución de potenciales situaciones de insolvencia y que permita el desapalancamiento de empresas sobreendeudadas pero viables; y por otro, fortalecer las fuentes de financiación corporativa directa, reduciendo la tradicional dependencia de las empresas españolas con respecto al crédito bancario.