"Cuando Estados Unidos estornuda, América Latina se resfría", se decía en otra época. Los miasmas ya no bajan del Norte: atravesaban el Pacífico. Pero la amenaza sigue estando. Ya en los años 1950, el economista argentino Raúl Prebisch había analizado los peligros de esta dependencia de cara a los sobresaltos de las economías extranjeras: el Reino Unido, Estados Unidos, más tarde China.