Pierre Conesa
El entusiasmo casi unánime de los dirigentes políticos por la �guerra� demuestra un grave desconocimiento de la realidad del terreno. La intervención militar occidental, decidida durante el verano de 2014 tras la toma de Mosul y en medio de la conmoción provocada por las imágenes de decapitaciones, añade un quinto estrato a una superposición de conflictos que afectan a la región araboislámica.