Las proyecciones demográficas para África desconciertan a los analistas. Con una tasa de fecundidad aún elevada, el continente no sigue ningún esquema de transición conocido. El excepcional aumento de su población podría aniquilar los efectos beneficiosos que se esperan de los positivos índices de crecimiento registrados. Extrañamente, parece que esta situación de urgencia no provoca ninguna reacción consistente.