Lucía Bodas Fernández
Dentro de la hermenéutica filosófica, no es fácil encontrar un trabajo que se acerque con tanto respeto al pensamiento del poeta, dramaturgo y filósofo Friedrich Schiller como el de Laura Anna Macor. Si su trabajo destaca dentro de lo que Valerio Rocco ha denominado una auténtica revolución historiográfica, es porque es uno de los pocos acercamientos a la obra schilleriana que hace un deliberado esfuerzo por tomarse su relevancia filosófica en serio, con independencia de la adherencia de Schiller a la filosofía transcendental kantiana. Frente a obras como la de Frederick Beiser que, por otra parte, merece un gran reconocimiento por su riguroso estudio y defensa de la filosofía schilleriana, Macor bucea en la producción médica, poética y dramática del joven Schiller para dar allí con contenidos de carácter legítimamente filosófico, con la intención de demostrar no sólo la íntima coherencia de su pensamiento, sino también su calidad filosófica antes, después y más allá de Kant. Lo interesante de este planteamiento es que, al contrario que la mayoría de los intérpretes, Macor no se acerca condescendientemente al carácter híbrido del pensamiento de Schiller, sino asumiendo que el mismo es, de hecho, una fuente de riqueza multidisciplinar que no jerarquiza los saberes. Una riqueza que, además, es una clara señal de la relevancia actual del planteamiento schilleriano.