Las empresas cooperativas al igual que las capitalistas deben apostar por la innovación en productos, servicios y procesos de producción para mantener e incrementar su posición competitiva, máxime si se tiene en cuenta que para ello se considera fundamental la existencia de un capital humano capaz de asimilar los cambios derivados de estos procesos. En este sentido, las cooperativas cuentan con una singular herramienta, que es el fondo de educación, formación y promoción, dotado a partir de los excedentes cooperativos y concebido precisamente para que sus empleados se formen adecuadamente, según las exigencias laborales de cada momento, pudiendo adaptarse más rápidamente a los cambios que conlleva la innovación. En este trabajo pretendemos analizar la influencia de determinados indicadores relacionados con la rentabilidad, la solvencia, el endeudamiento, el crecimiento y el número de empleados en la creación de valor de activos intangibles que evidencian un mayor apuesta por la innovación. Para ello analizamos los datos económico-financieros de una muestra de empresas cooperativas no financieras activas entre 2009 y 2011.