Eugenio Arribas López
La libertad de expresión que tienen los abogados en el ejercicio del derecho de defensa de sus clientes es una libertad reforzada, y lo es, precisamente, por los cometidos profesionales que realizan. Ahora bien, ese robustecimiento, como parece lógico, no lo aguanta todo. Este trabajo, con el trasfondo de la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el particular, presta atención a dos resoluciones judiciales recientes que demuestran, precisamente, que la libertad de expresión en el ejercicio de la defensa letrada no es una patente de corso para el insulto, la descalificación innecesaria o la calumnia.