Este trabajo identifica siete tareas pendientes para que las evaluaciones realizadas en la política pública de cooperación al desarrollo sean influyentes. Las brechas identificadas son i) la brecha de la pregunta evaluativa (o de los incentivos para aprender); ii) la brecha del criterio evaluativo (o la priorización de uno para evitar la generalidad inútil); iii) la brecha del tiempo, pues los calendarios entre evaluadores-investigadores y tomadores de decisión casi nunca coinciden; iv) la brecha de la publicación y difusión de las evaluaciones (incluyendo aspectos como el sesgo a publicar solo buenos resultados y los medios de comunicación a utilizar para garantizar una difusión transparente que logre una apropiación de las recomendaciones a implementar); v) la brecha del seguimiento a través de los planes de mejora, para convertir la evaluación en una inversión con retorno positivo y no en un mero gasto; vi) la brecha de la independencia multinivel o el reto es ser independiente sin quedar aislado en el sistema; vii) la batalla de las metodologías y la brecha ideológica que la subyace. Finalmente, se propone un marco normativo para ir superando estas brechas.