Joaquín Meseguer Yebra
La aplicación de la normativa de transparencia es una tarea reservada a expertos "equilibristas". Localizar puntos de encuentro donde encajen sin daño grave para ninguno, por un lado, la necesaria protección de la intimidad de las personas y el respeto a los restantes límites y, por otro, las demandas ciudadanas de mayor acceso a la información es tarea tan apasionante como compleja. En este trabajo vamos a desgranar algunos de los criterios que en los pocos meses de vigencia de esta nueva normativa van tomando cuerpo para garantizar este equilibrio.