Con el pretexto de emanciparse de Estados Unidos, Shinzo Abe quiere modificar la Constitución pacifista de su país. Así pues, el Primer Ministro japonés oculta su voluntad de reforzar el Ejército a pesar de la fuerte oposición por parte de la población. Por lo demás, aceptó la ampliación de las bases militares solicitada por Washington en la isla de Okinawa, que alberga ya a dos tercios de las tropas estadounidenses desplegadas en Japón.