Raquel Sosa
Se plantea que los cambios en la escena política mexicana a raíz de las elecciones de 1988 apuntan hacia una reconstitución de las fuerzas en tomo al programa salmista, o bien hacia su crítica en vistas a la transformación radical, nacional y democrática del país, de modo que éste se dirige hacia una polarización severa de las fuerzas políticas. Se revisan los “éxitos” del salinismo: el reglamento de la inversión extranjera, la renegociación de la deuda externa y la venta de paraestatales, y se aborda lo relativo al problema del empleo y las empresas maquiladoras. Se hace una crítica al proyecto modernizador y a la reforma electoral y, finalmente, se analiza la situación y la respuesta del PRD (Partido de la Revolución Democrática) frente al proyecto salinista.