Lourdes Quintanilla
La utopía es una ficción, una imaginaria representación de la mejor sociedad posible, la comunidad de la felicidad realizada. A lo largo de la historia occidental abundan los testimonios utópicos: Platón, Tomás Moro, Campanella. Hay también anti-utopías que revelan un profundo escepticismo frente a la realización de los sueños utópicos: Huxley, Orwell. Hoy se afirma que hay un declive de la utopía, pero lo que ha muerto es el proyecto racionalista que suprimía la fantasía y ahogaba la libertad. Así, podemos ahora asumir el presente como posibilidad, el instante como la cínica posesión: todos los mundos posibles están en éste y velar por él aquí y ahora supone no permitir la complicidad con un porvenir totalitario.