La presencia del lobo en las montañas francesas es una buena noticia para la biodiversidad. No obstante, el regreso de ese depredador ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de los rebaños y la precariedad de un modo de cría que se ha vuelto muy extensivo. A pesar de estar sensibilizados con respecto a la preservación del pastoreo y a la majestuosidad de los paisajes, los visitantes, por lo general, ignoran lo que los pastizales alpinos deben a la perseverancia de los pastores.