Profundas movilizaciones sociales manifestaron el descontento y la indignación de la ciudadanía ante un escenario marcado por una aguda crisis socioeconómica.
Las acampadas del 15M anticiparon nuevas formas de concebir el espacio público que desbordaron las plazas y calles, resignificando viejas prácticas e impulsando otras nuevas. Durante los últimos años han germinado iniciativas que simultáneamente satisfacen necesidades de los grupos sociales más vulnerables y esbozan nuevos modelos de pensar y habitar la ciudad: centros sociales autogestionados, PAH, despensas comunitarias, huertos urbanos, grupos de acompañamiento sanitario a personas migrantes...