Saki Aciman
La Conferencia Euromediterránea de Barcelona de 1995 abrió la esperanza al establecimiento de una red de transportes eficiente y una facilitación de las condiciones del transporte entre los países euromediterráneos. Para ello, se impusieron dos objetivos: la mejora de las infraestructuras en la región, con la definición y promoción de una red multimodal; y la facilitación de las condiciones del transporte a través de un conjunto de mejoras basado en la convergencia de la reglamentación del transporte entre los países de las dos orillas del Mediterráneo. Sin embargo, la necesidad de crear un mecanismo de financiación de infraestructuras de transporte euromediterráneas en los países del sur ha frenado, desde entonces y hasta ahora, los múltiples intentos por parte de la UE y, más tarde, la UpM, de impulsar una verdadera y efectiva cooperación euromediterránea