Alejandra Torres Pachón, Angela María Jiménez Urrego, Nathali Wilchez Bolaños, Jessica Holguín Ocampo, Danna Michell Rodríguez Ovalle, María Alejandra Rojas Velasco, Mónica Andrea Valencia González, Mildreth Yadira Hurtado Vargas, Diego Fernando Cárdenas Posada
En el marco del IV Foro de Psicología y Contemporaneidad y II Foro en Psicología Social y Posconflicto, organizado en la Universidad Pontificia Bolivariana – seccional Palmira, se realizó un trabajo de indagación teórica sobre los impactos del conflicto y posconflicto, desde los ámbitos político, educativo, la salud mental y la desmovilización en Colombia. Esta revisión establece criterios para suponer que el posconflicto busca la generación de estrategias para la construcción de una sociedad democrática que logre instaurar un equilibrio entre la población civil y el Estado, con el fin de recuperar la participación de cada uno de los ciudadanos tanto en dinámicas humanitarias, como en la recuperación de las relaciones sociales, sobre las cuales se edifica el andamiaje de un país con acción solidaria y en paz. Con todo esto, queda por dejar abierta la pregunta: ¿Colombia realmente se encuentra en un estado de posconflicto?
Within the framework of the IV Forum of Psychology and Contemporaneity and II Forum on Social Psychology and Post-conflict, organized at the Universidad Pontificia Bolivariana -with headquarters in Palmira, it was held a work of theoretical research on the impacts of the conflict and post-conflict, from political, educational, and mental health fields, and the demobilization in Colombia. This review establishes criteria to suppose that post-conflict seeks the generation of strategies for the construction of a democratic society that manages to establish a balance between the civilian population and the State, in order to retrieve the participation of each of the citizens, concerning, humanitarian dynamics, as well as, in the recovery of the social relations, on which is built the scaffolding of a solidarity action and peaceful country. With all this, is to leave the question open: Is Colombia really in a post-conflict State?