Para analizar a los partidos políticos, el autor se basa en la teoría de las organizaciones, que considera a éstas como modelos en los que el aspecto crucial está representado por el modo en que se distribuye y reproduce el poder, se crean las alianzas y se encienden los conflictos. Ejemplifica estas consideraciones con las organizaciones políticas con base en dos criterios: el principio organizativo (burocrático-jerárquico o participativo-representativo) y la titularidad del control de la organización (autónoma o heterónoma) y construye tres tipos ideales de partidos políticos: burocrático, patrimonial y carismático.