Las instituciones de fijación salarial pueden ser cruciales frente a la desigualdad de ingresos y sus efectos socioeconómicos desestabilizadores. Distinguiendo entre normas protectoras y de participación, el autor examina sus efectos respectivos en la incidencia del empleo de baja remuneración y en la desigualdad de ingresos en Alemania, Bélgica, Francia, Reino Unido y Suecia. Su análisis comparado de los efectos combinados del salario mínimo y la negociación colectiva muestra que esta es más eficaz que el primero para reducir la desigualdad, pero ambos requieren intervención estatal, sobre todo mediante normas de participación que frenen el desgaste de las instituciones de relaciones laborales.