El presente artículo se propone reflexionar sobre la posibilidad de colonizar el mar, ya sea para recuperar soberanía (en el caso de los Estados ya reconocidos que sufran una merma territorial por causa del cambio climático), ya sea para lograrla (fundando nuevos estados flotantes, en el caso de movimientos secesionistas o libertarios). A tales efectos analizaremos la viabilidad jurídica del llamado Proyecto «Seasteading».