La aproximación tradicional al problema de la justificación de la pena adolece de una exagerada estrechez axiológica. La preocupación central ha siempre girado en torno a si la pena en esta o aquella ocasión es permitida o no. No hay duda de que este es un problema importante, pero no es el único problema. Penas que es permisible imponer pueden ser indecentes o repugnantes – y el análisis de estas importantes características es imposible dentro de la estrecha aproximación tradicional.
The traditional approach to the problem of the justification of punishment suffers from an exaggerated axiological narrowness. The central concern has always surrounded the question as to whether or not a certain punishment is permissible. There is no doubt that this is an important problem, although it is not the only problem. Punishments that we may be permitted in inflicting can also be indecent or repugnant – and the analysis of these important characteristics is impossible from the perspective afforded by the overly narrow traditional approach.