Belén Malavé Osuna
El trabajo que presentamos aborda el análisis y comentario de ciertas constituciones imperiales tardías de los siglos IV y V, en las cuales se prohíbe la transferencia de materiales constructivos y elementos ornamentales de unos edificios a otros. En efecto, la preocupación por la apariencia digna de las ciudades y la adecuada preservación de su estética fue una constante en el Derecho Romano desde tiempos muy remotos, pero aún se agudizó mucho más durante el Bajo Imperio. Prohibiendo la extracción, traslado y reubicación de piezas arquitectónicas, el legislador pretendía recuperar toda la belleza y esplendor de las ciudades antiguas, para conseguir lo cual, se establecen ciertas sanciones, culpabilizando a los poderes públicos y súbditos involucrados.