María Ángeles Parra Lucán
Según el Tribunal de Justicia, un producto implantado en el cuerpo humano es defectuoso por el hecho de comprobar que otros del mismo modelo y serie lo son, aunque en el aparato implantado en el caso concreto no se haya detectado defecto alguno. En consecuencia, la operación quirúrgica necesaria para sustituir el producto constituye «daños causados por muerte o lesiones corporales», de los que es responsable el productor, conforme a la Directiva 1985/374/CEE.