El dinamismo de la economía de Estados Unidos plantea interrogantes sobre qué es lo que falla en Europa. Al margen de las diferentes recetas político-económicas aplicadas en lo peor de la crisis, la industria americana muestra un imbatible potencial tecnológico y creativo.
Estados Unidos vive un ambiente próximo a la euforia debido a los buenos datos económicos que han ido saliendo. La oficina del presupuesto de la Casa Blanca y la Reserva Federal (FED) afirman que la economía del país pasa por su mejor momento en 10 años. Los medios de comunicación también muestran su optimismo. Para CNN Money "La economía de EE UU se está reinventando a sí misma"; para Business Insider los datos son "impresionantes" y Bloomberg asegura que "EE UU vuelve a tener el timón de la economía global después de 15 años con China y los emergentes al mando".
No es para menos. Mientras el resto del mundo trata aún de salir del estancamiento derivado de la crisis de 2007-08, EE UU comenzó su recuperación ya en 2010 y la está acelerando. Después de un crecimiento del PIB del 2,3 por cien y del 2,2 en 2012 y 2013, el PIB en 2014 creció al 2,5 por cien, la tasa más rápida de los últimos 21 trimestres de recuperación, según Financial Times. El crecimiento del PIB de la zona euro no pasó del 0,9. Lo mejor para EE UU es que los efectos sobre el empleo ya están a la vista. Las empresas crearon 246.000 puestos de trabajo al mes en 2014, un total de tres millones de empleos. La tasa de paro, en el 6,7 por cien en 2013, bajaba en 2014 al 5,6. Además, los nuevos empleos añadieron 126.000 millones de dólares a la renta disponible de los estadounidenses.
No extraña que las empresas y los consumidores empiecen a invertir y a gastar. El índice de confianza de la Universidad de Michigan ha alcanzado recientemente su punto más alto desde 2004. El consumo se está viendo propulsado por el hecho de que las familias han reducido su endeudamiento a mínimos históricos. A lo que habría que añadir otros factores como que los tipos de interés hayan bajado (el bono a 10 años está en el 1,6 por cien) y el precio del petróleo haya caído a la mitad, lo que ha llevado el galón de gasolina a mínimos desde 2009: 2,17 dólares. Según la Energy Information Administration (EIA), "esto permitirá que los estadounidenses puedan ahorrar en 2015 unos 750 dólares en gasolina".
Para la mayoría de los economistas del país no se trata de un repunte coyuntural, sino que obedece a una tendencia sostenida. The Washington Post afirma que "el boom ha venido para quedarse". Y, si lo habitual hasta hace poco era que los economistas se quejaran de lo débil de la recuperación, ahora comienzan a valorar su solidez, sobre todo ante el parón económico que sigue acuciando al resto del mundo