La negociación entre el nuevo gobierno griego y el Eurogrupo ha mostrado con crudeza que la crisis en el interior de la Unión Europea no se ha resuelto. Dentro de cuatro meses, veremos a los europeos librar otro pulso. Mientras tanto, lo que sucede en las fronteras de la UE no es un pulso, sino dos conflictos abiertos, de naturaleza distinta pero que cuestionan el papel estabilizador de los europeos en su entorno.
En el Este, Ucrania y los separatistas prorrusos combaten desde hace casi un año. Al hablar de los separatistas nos referimos a quien los apoya y los está armando: la Rusia de Vladimir Putin. En el Mediterráneo sur, el Estado Islámico (EI) se ha convertido en una amenaza creciente para Europa. Entre el 7 y el 9 de enero París sufría un atentado del radicalismo islamista. Murieron 20 personas, incluidos los miembros del comando, Amedy Coulibaly y los hermanos Chérif y Said Kouachi.